8 consejos para adaptar las 8 fases de EMDR a los niños
En una frase: Basta un poco de creatividad para adaptar las ocho fases a los niños.
En un párrafo: EMDR se puede utilizar con gran efecto con niños, pero requiere considerar cómo se puede adaptar cada fase a la capacidad emocional y de desarrollo del niño, cómo la creatividad y el juego pueden ayudar con esto, y cómo los cuidadores pueden integrarse mejor en el proceso.
Muchos terapeutas infantiles terminan la Formación Básica de EMDR y se preguntan cómo implementarán y adaptarán esta poderosa forma de terapia con sus clientes jóvenes.
Aunque algunas organizaciones están empezando a lanzar formación básica en EMDR dirigida a niños, la mayoría todavía se centra predominantemente en trabajar con adultos.
Con un poco de creatividad y diversión, puedes adaptar cada una de las ocho fases de EMDR para satisfacer las necesidades de tus clientes jóvenes:
Fase 1: Incluir a los cuidadores en la admisión y hacerlo divertido
El aspecto único y desafiante de trabajar con niños es que inevitablemente también trabajaremos con adultos. Es imperativo incluir a los padres y cuidadores en el proceso de admisión desde el principio, ya que pueden proporcionar contexto e información adicional sobre la historia del niño.
Pero asegúrese de dejar suficiente espacio para que el niño cuente su propia historia y no tema desviarse del proceso formal de entrevista. Permítete ser creativo, integrando juegos o actividades artísticas lúdicas para recopilar información del niño y la familia sobre su historia.
Fase 2: Esté preparado para una fase de preparación extendida
Para ayudar a un niño a comprender cómo funciona EMDR, es necesario evaluar primero su desarrollo y capacidad cognitiva y emocional. Además, es igualmente importante evaluar los niveles de desarrollo de la familia del niño, ya que los miembros de la familia desempeñarán un papel clave en el apoyo al niño durante todo su recorrido EMDR.
Es fundamental que los miembros de la familia comprendan qué esperar durante todo el proceso. Con los niños pequeños, es posible que deba dedicar mucho más tiempo y esfuerzo a ayudarlos a comprender los conceptos básicos de la alfabetización emocional y enseñarles habilidades de afrontamiento. Al mismo tiempo, también será necesario involucrar a los cuidadores del niño cuando corresponda y brindarles la psicoeducación y orientación adecuadas.
Fase 3: Permitir la autoexpresión creativa para ayudar en la evaluación
Durante la fase de evaluación, una variedad de herramientas creativas pueden ayudar con el proceso. Considere usar juguetes, títeres, bandejas de arena, Legos, muñecos o dibujos y dejar que el niño elija un medio con el que se sienta cómodo para transmitir imágenes, pensamientos negativos, pensamientos positivos y otros componentes relevantes que coincidan con el problema que está enfrentando.
Incluso el uso de imágenes de Google y vídeos de YouTube puede hacer que sea más fácil para los niños compartir cómo se sienten y brindarles una ventana a lo que están pensando.
Fase 4: No tengas miedo de desensibilizarte inmediatamente
Cuando llegue el momento de empezar a reprocesar, descubrirá que el juego es su mayor aliado para animar a los niños más pequeños a participar en la estimulación bilateral. Es posible que los niños más pequeños quieran moverse o utilizar instrumentos musicales y juguetes.
Para los niños mayores, la retroalimentación háptica en los controladores de videojuegos (como un Nintendo Switch Joy-Con) puede ser tan atractiva como efectiva.
También puede resultar útil reducir el número de pases durante la estimulación bilateral (12-20), ya que la capacidad de atención de los niños puede ser mucho más corta que la de los adultos.
Al aplicar estos consejos y herramientas de EMDR a su práctica cuando trabaje con niños y adolescentes, recuerde que cada niño es único y diferente: no existe un enfoque único para todos.
Fase 5: Reforzar las creencias positivas desde todos los ángulos
¡Vivo! Es emocionante cuando los niños pasan por la fase de adaptación y comienzan a sentir que su cognición positiva es más verdadera. Debido a que los niños todavía se están desarrollando cognitivamente mientras absorben mucha información contradictoria del mundo exterior, EMDR puede ser una gran ventaja para ayudarlos a incorporar la autoestima en sus identidades en desarrollo.
Durante la Fase 5, es imperativo que trabaje con los otros adultos involucrados con el niño (padres, cuidadores, maestros, entrenadores, etc.) para ayudar a reforzar la autoestima positiva del niño.
Asegúrese de ayudar a los adultos en la vida del niño a comprender lo importante que es para ellos elogiar, retroalimentación positiva y elogios para ayudar a establecer estas redes de memoria adaptativa.
Fase 6: Fortalecer el puente mente-cuerpo
Las oportunidades para jugar mientras ayuda a un niño a realizar un escaneo corporal son abundantes. Pasar suficiente tiempo en la Fase 2 proporciona la base para que los niños aprendan cómo los pensamientos y las emociones están vinculados a sus cuerpos. Enseñar a los niños a identificar cómo se siente su cuerpo cuando se sienten ansiosos, enojados, asustados, les ayudará durante cada examen corporal.
Dependiendo de la edad del niño, puede resultar útil utilizar muñecos, animales de peluche, Legos, pegatinas o actividades de fantasía y juegos de roles al realizar escáneres corporales para ayudar a los niños a identificar dónde aún permanece la angustia en el cuerpo.
Fase 7: finalizar las sesiones de forma creativa pero coherente
Al finalizar las sesiones de EMDR con niños, una planificación y consideración cuidadosas son de gran ayuda.
Dedicar tiempo a que su hijo participe en una actividad divertida o relajante antes de salir de la oficina le ayuda a regularse y cuestionarse antes de regresar a su vida diaria.
Para algunos niños, también puede ser útil planificar que el adulto regrese a la sesión para apoyarlos según sea necesario en la última parte del reprocesamiento. Es esencial ser coherente con la forma en que terminan las sesiones de EMDR de un niño para que sepa qué esperar.
Fase 8: Reevaluación adaptada a los niños
¡Dos, cuatro, seis, ocho! ¡Reevaluamos!
Cuando hablamos con los niños sobre lo que han notado desde su última sesión de EMDR, debemos asegurarnos de que el proceso sea apropiado para su desarrollo.
Adaptar las preguntas estándar de reevaluación para que sean adaptadas a los niños puede ayudarnos a tener una mejor idea de la experiencia del niño. Además, es importante contar con una variedad de mecanismos mediante los cuales los niños puedan brindar retroalimentación no verbal. Por ejemplo, el uso de ayudas visuales, como una tabla de sentimientos, puede ayudar a los niños a identificar cómo fue su experiencia después de una sesión de EMDR sin decir demasiado.
Por último, asegúrese de establecer una forma constante de hablar con los cuidadores del niño para comprender cómo responde el niño a EMDR y evaluar si es necesario ajustar algo.
La conclusión:
EMDR es un poderoso método de terapia y con un poco de creatividad se puede utilizar con grandes resultados en niños.
Al aplicar estos consejos y herramientas de EMDR a su práctica cuando trabaje con niños y adolescentes, recuerde que cada niño es único y diferente: no existe un enfoque único para todos.
Para profundizar aún más sus conocimientos y habilidades en la implementación de EMDR con niños, considere participar en una capacitación avanzada en EMDR, buscar asesoramiento de consultores que se especialicen en EMDR con niños y conectarse con terapeutas de EMDR de otros niños.